Como todos los ríos cantábricos la principal característica del
Sella es la limitada longitud de su cauce fluvial, a causa de la proximidad de la cordillera Cantábrica, su lugar de
nacimiento hasta el mar , donde desemboca el río, Aunque la
distancia en línea recta entre ambos puntos es de 42 kilómetros, la longitud real del
Sella se eleva a 73 kilómetros, pues ha
de sortear masas calizas y cordales
transversales en el trayecto que le lleva desde la fuente del infierno hasta su
desembocadura en Ribadesella. A su corto trayecto se añade una fuerte
pendiente, por descender en tan pocos kilómetros desde los 1300 metros de altitud hasta el nivel del mar.
La cuenca fluvial
del Sella se establece en las vertientes
de una de las montañas más emblemáticas de la península Ibérica, los Picos de
Europa, cuyas alturas ascienden a más de 2.500 metros a tan solo 25 kilómetros
de la costa.
La gran masa
caliza de Picos ha sido un lugar históricamente inaccesible, en el que los
astures ubicaban a su dios Vindus y en el que Pelayo encontró refugio, pasando
a ser conocido como Peñas de Pelayo.
Si nos atenemos solo
al curso fluvial principal, el río surge en Sanjambre, en un amplio anfiteatro de montañas adosadas a la cordillera Cantábrica, penetra en la masa
caliza para cortarla verticalmente en el
desfiladero de los Bayos, se abre camino por
las pequeñas vegas de Amieva( Cien,
Sebargas, Pervis),
llega entre agitados rabiones a Cangas de Onís y Arriondas, ralentiza su marcha en el llano de
Margolles y descansa plácidamente en forma de ría a partir de Llovio, a las puertas de Ribadesella. Tal
diversidad de tramos suscita paisajes naturales cambiantes, que van desde la
alta montaña, hasta la costa
Fuente : El río Sella: "El río de la Historia"