Entre las fuentes del Santuario hay dos muy singulares que
hablan del amor; el humano y el divino.

" La Virgen de
Covadonga
Tiene una fuente muy clara
La niña que de ella
bebe
Dentro del año se casa…"
Otra está situada en la plaza de la conjunción de la antigua
Colegiata y la Casa de Ejercicios y es monumental.
Menéndez Pidal la compuso de dos cuerpos: un
basamento robusto y majestuoso y un
antiguo canapé de la época de Carlos III, que anterior mente estaba incrustado
en un muro de la escalera próxima. A este canapé llamaban los antiguos el “tiruliru”,
o porque allí se colocaba el gaitero para tocar los días de
fiesta, o porque la leyenda que ofrece
es de difícil lectura y se interrumpían del intento exclamando como es costumbre “tiruliru,
tiluriru,”
También esta fuente
sin matrícula de casamentera, sufría el error
de la apasionada juventud femenina.

Aquí la fuente
vierte su monotonía en silencio que impone la meditación para oír a Dios y
examinar la conciencia.
este barroco monumento
Menéndez Pidal grabó esta leyenda:
REINANdo LA MAGd DE
CARLOSIII Y SIENDO
ABAB DE ESTA COLEGta Dn NICOLAS ANTo
CAMPOMANES Y SIERRA SE FABRICARn
LAS ESCALERAS DE ESTA IGLa
EL PAREDn
Q LAS SOSTIne LOS PUENTS DEL MOLINO
Y BAJO DEL SANTUARo Y LA CALZADA DESDE LA
RIBERA A ESTE SITIO. AÑO 1777