Franqueamos la puerta de hierro de la Santa Cueva, que en su friso ostenta a uno y otro lado estas
leyendas:
“AVE MARÍA GRATIA PLENA DOMINUS TECUM BENEDISTA TU
MULIERIBUS Y SANCTA MARÍA DE COBADONGA ORA PRO NOBIS”
Destaca en el recinto la imagen de la Virgen que el pueblo
denomina cariñosamente “La Santina”. Su
rostro es pacible y gracioso, es erguida sobre un pedestal de piedra. Es como “el
precioso olivo de los campos que a todos ofrece fruto y sombra.
Está en alto para ser vista por todos: desde los montes,
desde el camino, desde el poblado. Viste de seda y oro, pero su talante es de
Madre más que de Reina.
La imagen tiene
mudo el rostro, pero la escultura pertenece al siglo XVI. No es una obra de arte
singular: pero está cargada de historia. Es tradición que fue donada por el Cabildo de Oviedo al de
Covadonga para sustituir a la que pereció en el incendio de 1777.
Cuando se creyó perdida definitivamente la actual imagen,
secuestrada durante la guerra, se hicieron gestiones para sustituirla con una
imagen de piedra policromada. Del siglo XI al XII que se venera con el título
de Covadonga en la parroquia de Cillaperlata (Burgos) y es copia según parece,
de la primitiva románica del Santuario.
El Cabildo ofrecía una réplica perfecta y una compensación
a Cillaperlata .Hoy sigue siendo una idea
feliz, ya que hay lugar adecuado en la Santa Cueva para las dos imágenes
La venerada imagen de La Santina sufrió una invasión de
carcoma y termitas. Durante seis meses del año 1971 Bellas Artes de Madrid le
estuvo aplicando un tratamiento de conservación e inmunización que salvó el
grave peligro de la imagen y abrió un nuevo capítulo de su historia. Por
sugerencia de Bellas Artes la imagen se
presentó al culto con un manto pero sin vestido de tela ni rostrillo,
Esto originó una
gran polémica entre los que preferían la forma primitiva y entendían que los
vestidos eran una sofisticación porque los vestidos dan a la imagen
su auténtico sentido tradicional.
En la actualidad, la
imagen se presenta al culto con manto, vestido y rostrillo
Coronada la reina
Con capa, manto y
rostrillo,
La Santina es una talla policromada del siglo XVI