Existe en Asturias una virgen tan notoria y milagrosa que a
nivel provincial es apodada popularmente como “La Lourdes del Bajo Nalón”
.Esta imagen sagrada permanece dentro de
una ermita enclavada en un lugar también sagrado, y que
es uno de nuestros centros de
peregrinación más portentosos pero menos divulgados en Asturias.
Cientos de
personas procedentes de distintos puntos de la provincia y sobre todo de los
alrededores de Cudillero, peregrinan a la
ermita con enorme fe y con la desesperación de solicitar una ayuda milagrosa por parte de la sagrada imagen de Santa Ana.
El santuario está
situado en la cumbre del Monte Montarés,
perteneciente al concejo de Cudillero. Muchas de las personas que vieron
cumplidas sus imposibles peticiones,
depositando allí su ofrenda exvoto, como gratitud siendo contados por decenas.
El origen del sacro
lugar
La ermita de Santa Ana es muy antigua, sospechosa de estar
en un lugar que anteriormente fue culto precristiano. La documentación
anterior al siglo XX es prácticamente inexistente,
En los días de
la Guerra Civil Española, una fatídica etapa
para el santuario, pues fue destruido casi en su totalidad. Su planta es
rectangular y muestra la clásica arquitectura popular. Carece de ornamentación
exterior destacable, salvo por las dos campanas de su espadaña, que poseen
curiosas inscripciones y una curiosa
leyenda.
En su interior se halla
la talla de la Virgen de Santa Ana junto
la Virgen Niña, que presiden el culto. A sus pies se encuentran un par de brillantes cadenas, rodeadas
de velas y más ofrendas, resultando el
conjunto una bella estampa religiosa cargada de espiritualidad. Dichas cadenas
son esenciales para realizar correctamente un ritual de llamada para que la
Santa Abuela escuche al visitante y
pueda curar directamente sus males, siempre y cuando se las frote por el
cuerpo.
La leyenda afirma
que cuando construyeron el templo, quisieron hacerlo en la parte baja del monte,
y cuando pasaba el día, los materiales aparecían de nuevo arriba. Las personas
consideraron que la propia Virgen mandaba señales para que el santuario fuese
emplazado en la cima.
Las peregrinaciones milagrosas
Todos los años se celebra el 26 de julio la festividad de
Santa Ana, siendo una de las más importantes de Cudillero, aunque se centra en el monte que dista cinco kilómetros
de la localidad pixueta. La festividad consiste en una peregrinación que se
realiza hacia la ermita a pie, con la
comida y la bebida suficiente para desarrollar el día junto a familiares en los
prados de la cima, divertirse y de paso asistir también a las misas especiales
celebradas en el templo. Allí los más devotos suelen peregrinar desde una
enorme cruz multidireccional, habitualmente de rodillas y descalzos, para pedir
favores a la santa o para agradecer los milagros.
Antiguamente fue lugar de parada para los peregrinos del Camino
de Santiago, y cuentan que hubo hospedería también en la zona. El nombre del
monte indica un culto anterior, pues Montarés, o Mot-Ares, o Monte de Ares hace referencia al señor de la
Guerra y dios del panteón del Olimpo, cuya
equivalencia romana siempre ha sido emparejada con Marte. Curiosamente,
una de las campanas que anteriormente citábamos
posee la siguiente inscripción “1769. Marte JHS” Todo parece indicar que en
la antigüedad pudo existir un culto
pagano, donde el monte se consideró un lugar de poder, un acceso al mismo hogar
del Dios tal vez por su gran altura,
para unir el Olimpo con la tierra.
La tierra donde se
emplaza también es sagrada, pues se desarrolla el culto a Santa Ana, la Madre
de la Madre, a semejanza con Isis e incluso con
la Madre Tierra, lo cual demostraría un posible culto cristianizado a la tierra...
Nos dirigirnos en dirección a Cudillero por la Autovía del Cantábrico
A-8, para acceder posteriormente a la carretera
Nacional 632, tomando la salida a Cudillero, y luego el acceso hacia
Rellayo (N-634ª), tomando la carretera que ladea el monte por la carretera CU-4 y la carretera
que asciende a la izquierda….
Fuente: Lugares mágicos de Asturias (David Madrazo)